En 1799, a los 14 años, fue cadete en el "3º Batallón de la 6º Compañía del Regimiento Fijo de Buenos Aires", acantonada en Salta para sofocar el movimiento revolucionario de Túpac Amaru.
Desde ese momento, dedicaría 22 de los 36 años que le tocara vivir para construir la Patria. No es difícil enumerar los triunfos y las estrategias desarrolladas por el genio de Güemes, que con una milicia popular logró mantener a raya las avanzadas españolas que buscaban ocupar las "provincias emancipadas". Una y otra vez, con astucia y valor, los gauchos superaban a las fuerzas realistas.
Sin embargo, es más difícil rastrear sus vínculos ideológicos. Sabemos que debió superar muchos obstáculos interiores y que mientras luchaba contra los españoles debía enfrentar también una férrea resistencia interior.
Fueron esas luchas las que lograron que Güemes fuera objeto de una celada organizada por una avanzada del ejército español liderada por el coronel Valdez en la que resultó herido de muerte el 7 de junio de 1821. El 17 de junio de 1821, luego de rechazar atención médica y títulos nobiliarios ofrecidos por los realistas y después de hacerle jurar al coronel Enrique Vidt y a sus hombres la continuidad de la guerra, Güemes expiró en la Quebrada de la Horqueta, en el paraje de Las Higuerillas.
¿Cuál fue la posición que Güemes había adoptado para que aun hoy se sigan repitiendo algunas de las consignas que justificaban su asesinato? Se conviene decir que Güemes había defendido la frontera norte de la Argentina. Reducido papel para un hombre que en ninguna de sus cartas menciona otra cosa que la construcción de la patria americana. La causa de Güemes, al igual que la de San Martín, Lanza, Sucre o Murillo, era el futuro. La construcción de un mundo nuevo sin fronteras. Güemes tuvo una mirada cargada de futuro.
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